Romanticismos


(Teruel, 2011)




"Tengo una idea completamente romántica de la figura del escritor. El tipo de idea, supongo, que otros tienen –durante su niñez– de la figura de astronautas o de deportistas o de bomberos o, pobrecillos, presidentes. Fue muy raro eso para mí: el saber desde siempre que yo quería ser escritor. Incluso antes de saber escribir. De ahí, en mi caso, es verdad aquello de ten cuidado con lo que deseas porque te puede ser concedido. El don y el privilegio y la condena de no haber tenido que renunciar a la vocación primera, a la fantasía infantil. Y, enseguida, la rara culpa de sentir que uno tenía que estar, siempre, a la altura de semejante y cada vez más alto deseo concedido. Y crecer rodeado –en el colegio, en el parque, en la familia– por gente que no tenía la menor idea de lo que acabaría siendo mientras yo tenía la certeza absoluta de lo que acabaría siendo porque ya lo era entonces. Una especie de extraterrestre-terrestre. Para mí un escritor es alguien que vuela hasta las profundidades del universo, compite por algo, lo gana, y regresa con ello para iluminar un poco, apenas, la oscuridad. Pero sin que haga falta salir de casa. Siempre quise ser escritor por lo que –todo parece indicarlo, y no puedo decir que me molesta que así sea– siempre querré hacer escritores."
 Rodrigo Fresán, en La parte inventada






La parte inventada
Rodrigo Fresán
(Random House)




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