Arte y ciencia para pensar el mundo
Publicado en El Asombrario y publico.es, 11/11/2024
Es curioso que pensemos siempre en el arte y la ciencia como campos distintos, antagónicos incluso, cuando están más cerca de lo que creemos. Dice María Blasco, una de nuestras más reconocidas científicas y directora del CNIO, el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas, que “en el arte de no saber está el camino más certero para encajar las piezas del TODO”, y que son el arte y la ciencia quienes organizan en nuestra mente el significado de las cosas, su misterio. La ciencia y el arte están ahí para que podamos aprender el mundo desde dentro, para que podamos sentirlo. Quizá ninguna inteligencia artificial, por sofisticada que sea, pueda poseer como nosotros la facultad de observar y una mirada para el descubrimiento, la capacidad de explorar no tanto para saber como para hallar una revelación, y que eso nos transforme.
El pasado día 30 se celebró en el auditorio del museo Reina Sofía la séptima edición de CNIO Arte, una iniciativa única en Europa impulsada desde este organismo que escoge cada año a un representante de ambos campos para establecer un intercambio entre la investigación científica y la creación artística. En ediciones anteriores, CNIO Arte ha reunido a científicos como Ignacio Cirac, Juan Luis Arsuaga, Sarah Teichmann o Pedro Alonso con artistas como Chema Madoz, Carmen Calvo, Daniel Canogar o Susana Solano, cuyas obras se expusieron después en ARCO Madrid, en las sedes del Instituto Cervantes en Nueva York y Chicago y en el museo Nobel de Estocolmo. En 2024 el proyecto ha tenido como objetivo explorar el futuro del clima, reuniendo a la artista Dora García (Premio Nacional de Artes Plásticas) y al macroecólogo David Nogués-Bravo (investigador en el Globe Institute de Copenhague) que viajaron juntos al archipiélago noruego de Svalbard, el lugar habitado más al norte del planeta donde el clima se ha calentado cinco veces más que la media, para constatar que la pérdida de hielo ártico es otra de las realidades que amenazan nuestro planeta.
“Lo que hace de la Tierra algo único es que hay vida, y esto es algo excepcional en el universo; pero esa vida es algo frágil”, dijo David Nogués-Bravo en su intervención por videoconferencia. “Hoy en día nuestro planeta está enfermo, la diversidad de la vida está en un proceso de crisis. Yo me dedico a investigar esto, y nuestros estudios nos dicen que un treinta por ciento de las especies de nuestro planeta están amenazadas de extinción. Con grandes bases de datos y modelos matemáticos intentamos predecir los cambios o restricciones que esto puede provocar en un futuro y qué estrategias podrían evitarlo. La biodiversidad proporciona servicios valorados en miles de billones al año, aire y agua limpios, materias primas, polinización de cultivos y control de plagas y enfermedades. La pérdida de biodiversidad tiene unas consecuencias críticas para la sostenibilidad de nuestras sociedades y el bienestar humano.”
Así explicaba el macroecólogo su trabajo a escala planetaria en colaboración con biólogos, genetistas, sociólogos o economistas, aportando las pruebas que determinen las políticas para prevenir o mitigar la pérdida de biodiversidad y el cambio climático que ya hemos ocasionado, y cuyas trágicas consecuencias, señaló, estamos viviendo en estos días. La película End, (dos prólogos), es el proyecto de Dora García fruto de su viaje al Ártico con Nogués-Bravo, donde utiliza los sonidos, la performance y las palabras -landscape, soundscape, mindscape- para componer un testimonio poético de su experiencia. En la primera parte, en la que Nogués-Bravo nos habla de lo que podría llegar a ser en corto tiempo la sexta extinción masiva, las sobrecogedoras imágenes del glaciar posado sobre la quietud del agua lo muestran imponente y frágil a la vez, un gigante de cristal en medio del silencio que ha sido abatido, que en cualquier momento podría quebrarse y desaparecer. En el segundo prólogo, la coreógrafa noruega Mette Edvarsen trata de aprender la última página de la novela Finnegans Wake de James Joyce, autor sobre el que ha trabajado Dora García en los últimos años, donde se narra la muerte de Anna Livia Plurabelle, el personaje que representa el río Liffey a su paso por Dublín.
Meditación y telómeros
Parece ser que en nuestro material genético hay unas estructuras que determinan la vida de nuestras células, los telómeros, que se encuentran en los extremos de los cromosomas para protegerlos de daños. Tras descubrir la existencia de estas estructuras en los años 80, la bioquímica australiana Elizabeth Blackburn siguió investigando durante décadas con mujeres que habían pasado por situaciones traumáticas o habían dedicado una vida agotadora a los cuidados, y descubrió que los telómeros disminuyen o se acortan cuando vivimos dominados por el estrés, afectando al correcto funcionamiento de las células y provocando que los tejidos dejen de regenerarse y envejezcan. Sus hallazgos, que le valieron el Premio Nobel de Medicina en 2009, arrojan luz sobre la causa de las enfermedades y están impulsando el desarrollo de nuevos tratamientos, porque demuestran que se puede influir sobre el estado de los telómeros modificando el estilo de vida: ejercicio, una alimentación sana y meditación.
Meditación fue el título que la artista Amparo Garrido escogió para su proyecto basado en las investigaciones de Balckburn en la edición de CNIO Arte de 2023. Es un poema visual cuyas imágenes recorren los paisajes abiertos del Parque Natural de Monfragüe y la comarca extremeña que llaman La Siberia, donde solo se escucha el viento, el canto de los pájaros, el silencio. “El silencio, en sí mismo, tiene su propio sonido”, dice la autora, que ya había indagado en sus propiedades en el largometraje El silencio que queda. En diálogo con la científica, que participaba por videoconferencia, la artista explicó al auditorio del Reina Sofía que su trabajo también implicó un experimento. Antes de retirarse a una pequeña aldea de Extremadura midió sus telómeros, y durante el tiempo que estuvo allí siguió las pautas de la científica (ejercicio, alimentación, meditación) para poder comprobar en una medición posterior si su longitud había mejorado. “Observaba reverdecer el paisaje como una metáfora de lo que ocurría con mis propios telómeros”, contó. Fruto de esa experiencia es una película de 12 minutos y dos hermosas fotografías donde unos buitres, quizá presintiendo que eran observados, se volvieron de pronto hacia el objetivo, provocando en la artista una conexión inmediata y la convicción de formar con ellos parte de un todo: “Es algo complicado de explicar, pero escogí estas imágenes porque el buitre, el animal, soy yo.”
El componente poético de la física
Fue en 2018 cuando se celebró la primera edición de CNIO Arte, en la que la artista Eva Lootz, Premio Nacional de Artes Plásticas 1994, abrió el diálogo entre arte y ciencia con la científica Margarita Salas, pionera de la biología molecular en España que descifró la información genética. A partir de las investigaciones de Salas, la artista creó una serie de dibujos como pensamientos o iluminaciones que reflexionan sobre ese universo elemental del que surge la vida. En conversación con la directora del CNIO María Blasco, Eva Lootz trazó en esta edición una semblanza de la calidad humana de Margarita Salas, fallecida en 2019, agradeció a María Blasco el esfuerzo de su iniciativa para tender puentes entre la ciencia y el conocimiento humanístico, y habló del componente poético de la física. Para terminar, leyó un texto emocionante del pintor impresionista Paul Cézanne, en conversación con su amigo el poeta Joaquim Gasquet: “La historia del mundo data del día en que dos átomos se encontraron, en que dos torbellinos, dos lanzas químicas, se combinaron. […] Me siento coloreado por todos los matices del infinito, todo es denso y fluido a la vez, en este momento mi cuadro y yo somos uno, somos un caos irisado.”
El acto terminó con la presentación de la primera convocatoria de CNIO Artistic Residences, un programa en colaboración con la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT) que cada año brindará a un artista la posibilidad de convivir con los investigadores del CNIO. En esta edición se otorgó a la artista Clara Montoya, que conversó acerca de su experiencia con el comisario Juan de Nieves, director de CNIO Arte. Durante la residencia, la artista creó la pieza Ignota como una metáfora sobre el proceso de las células: un gran prisma de cristal reflectante que gira sobre su eje, con el que quiso expresar el misterio de la investigación. “En el CNIO”, dijo, “los investigadores están siempre mirando cosas que aún no tienen nombre.”
Hay puentes tendidos entre el arte y la ciencia, y deberíamos detenernos a repensar nuestra concepción del mundo. Como recordó el macroecólogo David Nogués-Bravo en el coloquio que entablaron todos los participantes de esta edición CNIO Arte 2024 dedicada al futuro del clima, tenemos tecnología para destruir, pero también las herramientas para crear, y esa es una noticia esperanzadora. Estamos en un momento de cambio de paradigma, señaló Eva Lootz. Y necesitamos, como apuntó Nogués-Bravo, organismos con decisiones a nivel global que, como han hecho el arte y la ciencia, tiendan puentes para salvar la biodiversidad de nuestro planeta, el futuro de todos.
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